jueves, 28 de febrero de 2013


En este Blog vamos a intentar enseñaros algunos ejercicios para practicar con vuestros hijos en casa.

Los problemas de dicción son frecuentes en los niños. A medida que aprenden a hablar tienen una mejor pronunciación y legibilidad pero, hasta que lo hacen correctamente, es habitual que les cueste pronunciar algunas letras como la 'c' o la 'z' y, sobre todo, la 'r'. Es lo que se conoce, como dislalia, un término general que se refiere a la dificultad para pronunciar o construir fonemas. En concreto, además de los citados, este trastorno afecta a la pronunciación de los sonidos 'l' (lambdacismo), 'g', 'k' y 'j' (gammacismo), 'd' y 't' (deltacismo), 's' (sigmatismo), 'b' y 'p' (betacismo) y las combinaciones bl, br, cl, cr, pl y pr.
Sobre la 'r', la letra que más a menudo cuesta pronunciar, esto es así porque es uno de los fonemas que se adquiere más tarde, es decir, "se aprenden antes los fonemas que se articulan entre los dientes o en los labios, como la 'm' o la 'p', mientras que la 'r', y todas las combinaciones con 'r' y con 'l', se aprenden más tarde porque requieren la vibración de la lengua". 

Esto es lo que denomina dislalia evolutiva: niños y niñas aprenden progresivamente a pronunciar y cometen cada vez menos errores. No obstante, cuando los problemas de dicción continúan pese a que el niño ha cumplido los cinco años, es hora de empezar a pensar que estos trastornos tienen otro origen, que puede ser:

- Funcional. En este caso, se carece de la capacidad para pronunciar determinados fonemas porque no se manejan bien los órganos bucofonatorios, aquellos que son necesarios para articular los sonidos, como la lengua.
- Orgánico. Puede darse el caso de que la mala pronunciación se origine por una malformación en el paladar, cualquier alteración en otro órgano que interviene en el habla o problemas en el área neurológico del lenguaje. En ocasiones, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para corregir las malformaciones.
- Auditivo. Cuando el niño no escucha bien, puede tener dificultades para entender los sonidos y, por consiguiente, para aprenderlos y pronunciarlos. Las deficiencias auditivas influyen de manera importante en las deficiencias de aprendizaje.

"En realidad, la dislalia preocupa, sobre todo, porque los problemas de lenguaje son un problema de comunicación, y un niño que pronuncia mal muchas veces arrastra una serie de problemas en la escuela, como dificultades en la lectoescritura al no distinguir bien un fonema de otro".

Recordad que es importante que se realicen en un ambiente relajado y que  hace falta practicar mucho para que se logren avances y que es más importante la constancia (todos los días un poquito) que la intensidad (un día hora y media seguidas).

¡ Ánimo!... merece la pena.